NOMBRE CIENTIFICO: SILYBUM MARIANUM
NOMBRES VULGARES: Tiene más de una docena de nombre entre otros : abrepuño,
alcachofa, alcarcil borriquero, , cardincho, cardo, cardomarino, cardo blanco, cardo borde,
cardo borriqueño, cardo borriquero, cardo burral, .
HISTORIA: El silybum era ya citado por Plinio y por Dioscórides en su "Materia médica"
como una planta medicinal de la familia de los cardos. Su nombre deriva del griego
syilibon que significa "copa". El adjetivo marianum deriva del latín y se refiere a la
leyenda que cuenta que durante la huída a Egipto, la Virgen María buscó un lugar
tranquilo para amamantar a su hijo y protegerlo de los soldados de Herodes. El cardo
mariano se dio cuenta y con sus potentes hojas formó un techo para proteger a la
madre y al hijo. Fue entonces que la Virgen María dejo caer leche sobre sus hojas y,
desde entonces, sus hojas de un verde intenso tienen motas y bandas blancas. El cardo
mariano es una planta medicinal antiquísima. El médico naturista Gerard afirmaba
en su libro "Herball" de 1597, que "es el mejor remedio que crece contra todas las
enfermedades melancólicas". En los antiguos y más importantes manuales de farmacia
de la Edad Media, como el "Kreutterbuch" de Matthiolus de 1626, se recomendaba
contra los males de costado y la ictericia". Paracelso la recomendaba "contra los picores
internos" y Adam Lonitzer, Lonicerus, escribía en 1679 que "era buena para el hígado
inflamado". El médico Johan Gottfried Rademacher (1772-1850) utilizaba el cardo
mariano como terapia en caso de enfermedades hepáticas.
Se emplea con fines medicinales desde la más remota antigüedad, y aparece ya
descrita por sabios como Plinio, Teofrasto y Dioscórides.
DESCRIPCION y HABITAT: planta bianual que puede llegar hasta 2 m. de altura. Su tallo suele ser bien recto de tono jaspeado, hojas grandes ovaladas de hasta 30 cm y espinosas salpicadas de manchas blanco-lechosas. Flor de color púrpura de hojas. Distribuidas en roseta.
El cardo mariano es originario de las regiones mediterráneas y se encuentra desde la península
Ibérica hasta la Rusia meridional, en el Norte de África y en Asia menor. Fue introducida
en Ámerica del Norte y del Sur. En Europa Central se puede encontrar en estado silvestre y
escasea por encima de los 700 metros de altitud
PRINCIPIOS ACTIVOS DEL CARDO MARIANO:
- Flavonoides diversos (kenferol, quercetol)
- Mucílagos.
- Aminas: tiramina e histamina.
- Lípidos (20-30 %), con una proporción aproximada de ácido linoléico del 60%, oléico (30%) y palmítico (9%).
- Fitoesteroles: campestrol, estigmasterol, sitosterol.
- Ácidos orgánicos.
- Vitaminas C, E y K.
- Saponósidos.
- Trazas de aceite esencial.
EFECTOS DEL CARDO MARIANO:
- Hepatoprotector (silimarina).
- Antirradicalar (flavolignanos).
- Hipertensor moderado (tiramina).
- Antiinflamatorio en uso tópico (silimarina)
- Diurético (flavonoides).
CONTRAINDICACIONES: Hipertensión
PROPIEDADES DEL CARDO MARIANO
Esta planta, es sin duda alguna de las plantas que mayor numero de investigaciones científicas
tiene. El fruto del cardo mariano, contiene silibina, silcristina y silidianina. Estas tres últimas
sustancias mencionadas, forman un complejo hepatoprotector conocido como la silimarina.
La Silimarina es el principal componente del cardo mariano los resultados de
numerosos estudios indican que esta sustancia, presente en las semillas, actúa
como un potente antioxidante en las células hepáticas. Las protege de los daños
causados por los radicales libres y aumenta su capacidad para regenerarse
mediante la producción de nuevas células saludables - estimula la síntesis de
proteína -. Mejora la capacidad de la glándula para eliminar toxinas. La eficacia
terapéutica de la Silimarina se basa en dos mecanismos de acción: por una
lado modifica la estructura celular externa de los hepatocitos, impidiendo la
penetración de los agentes tóxicos dentro de las células hepáticas. Además
consigue que aumente la síntesis proteica, lo que favorece los procesos de
regeneración. Por este motivo se recomienda su uso como coadyuvante en
la terapia de inflamaciones hepáticas crónicas y cirrosis, así como en daños
hepáticos de origen tóxico.
La acción antirradicalar se debe a la acción estabilizante que ejerce la silimarina
sobre las membranas biológicas. Son numerosas las sustancias hepatotóxicas
generadoras de radicales libres. A este nivel la silimarina actúa captando los
radicales libres y neutralizándolos, frenando la cadena en cascada de producción
de radicales libres, especialmente de los lipoperóxidos.
Por vía tópica se emplea la silimarina junto a fosfolípidos (silimarinafitosoma),
para tratar dermatitis inducidas por productos químicos productores de radicales
libres y radiaciones ultravioleta.
EL HIGADO: Para comprender la importancia sanadora del cardo mariano tenemos que
conocer el principal órgano sobre el que actua, he aquí un resumen de la función del
hígado. Se encuentra bañado en sangre, en esta sangre hay cantidad de sustancias
nocivas. Bacterias, alérgenos etc. El hígado filtra estas sustancias dañinas a través
de la sangre. La tarea de eliminar estas sustancias dañinas no es fácil, porque si
no son neutralizadas a su debido tiempo el hígado puede dañarse. En fitoterapia
el cardo mariano es conocido como “el guardián del hígado” ya que protege
a este órgano contra las toxinas de los factores ambientales y de los alimentos.
El hígado, es un órgano con muchas tareas. Podríamos decir que el hígado es la
depuradora de nuestro organismo y se encarga de convertir las partículas de las
comidas en grasas, proteínas, hidratos etc.
El hígado es el encargado de filtrar la sangre de partículas nocivas, bacterias y
demás alergenos dañinos para la salud.
Se encarga de verter la glucosa a la sangre, interviene en el metabolismo del
hierro, modifica las sustancias que le llegan a través de la vena porta y es uno de
los órganos de filtrado, limpieza y eliminación más importantes del organismo.
La víscera más grande y una de las más complejas, no sólo descompone las
sustancias tóxicas para eliminarlas como subproductos inocuos.
Esta "fábrica de elementos químicos" produce casi la mitad del colesterol,
transforma las sustancias que contienen los alimentos digeridos en proteínas,
grasas e hidratos de carbono, y sintetiza varios compuestos importantes
que el organismo emplea para efectuar distintas funciones, como los
denominados "factores de coagulación" de la sangre.
El hígado recibe sangre tanto del intestino como del corazón, la cual circula
a través de una pequeña red de canales en el interior de la víscera, donde se
procesan los nutrientes digeridos y cualquier sustancia nociva, y la sangre después
sigue su camino, por todo el organismo
Este complejo bioquímico, es el filtro con que el organismo depura la sangre y el
reactor donde se retienen y degradan los tóxicos que ingerimos: el alcohol, los
medicamentos y los compuestos artificiales de las comidas y bebidas, hasta las
drogas como la nicotina o la cafeína.
Cuando este órgano se halla en buen estado es capaz de enfrentarse a las
agresiones externas, manteniendo el cuerpo con buena vitalidad, salud y
funcionamiento, pero si se degrada debido a una mala alimentación o a
la ingestión continuada de toxinas, comienza a sobrecargarse y presentar
problemas: desde falta de apetito, náuseas, indigestiones y dolor, hasta insuficiencia hepática, hepatitis, cirrosis, cálculos biliares o cáncer.
El hígado “La raíz de las enfermedades crónicas”
La intoxicación del Hígado puede ser la causa de numerosas patologías.
Una insuficiencia hepática crónica aunque sea asintomática (Significa que no hay
síntomas) e incluso aparezcan valores correctos en las analíticas puede provocar
importantes alteraciones en casi todo el cuerpo sin que los médicos se den cuenta
de que esos síntomas sin aparente relación pueden deberse a una misma causa. José
María Cardesín, experto en Medicina Tradicional China, afirma de hecho que puede
ser el origen de diabetes, taquicardias, hipotensión, mareos, disnea de esfuerzo, falta
de concentración, pérdida de memoria, alzheimer, parkinson, esclerosis múltiple,
depresión, migrañas, caída del cabello, alteraciones de la visión, piernas pesadas,
varices, hemorroides, hernia de
Los siguientes usos están basados en la tradición, teorías científicas o investigación limitada:
Lesiones agudas del hígado, cáncer en adultos, cirrosis por alcoholismo, reacciones tóxicas por
amiodarona,antibacterial,anticarcinógeno,antiinflamatorio,antiproliferativo,antiesclerótico
,efecto anti ulceroso, asma, cáncer de vejiga, sangrado,cáncer de pecho, bronquitis, cáncer,
quimo prevención, dolor de nervios por diabetes, suplemento dietético, dispepsia, tumores de
expresión EGF-R, hígado graso.
Cálculos biliares, resaca, hemorroides, hepaprotectores, cáncer de hormonarefractaria
en próstata humana, enfermedad, inmunomodulador, inmunoestimulante, protecciones
internas, lesiones isquémicas, “limpieza” de hígado, cáncer de hígado, lesiones en el
hígado, malfuncionamiento del hígado, regeneración del hígado, cáncer de hígado, daño al
hígado, pérdida de apetito, cáncer de pulmón, malaria, problemas menstruales, macrófagos
peritoneales, plaga, psoriasis por cáncer de próstata, toxicidad por radiación, habilidad de
reparación, influencia restaurativa, cáncer de piel, mordeduras de serpientes, trastornos del
bazo, cirugía para filtro solar, apoptosis inducida por irradiación de rayos ultra violeta, venas
varicosas, actividad vital y capacidad de trabajo.
El hígado “La raíz de las enfermedades crónicas”
La intoxicación del Hígado puede ser la causa de numerosas patologías.
Una insuficiencia hepática crónica aunque sea asintomática (Significa que no hay síntomas) e
incluso aparezcan valores correctos en las analíticas puede provocar importantes alteraciones
en casi todo el cuerpo sin que los médicos se den cuenta de que esos síntomas sin aparente
relación pueden deberse a una misma causa. José María Cardesín, experto en Medicina
Tradicional China, afirma de hecho que puede ser el origen de diabetes, taquicardias,
hipotensión, mareos, disnea de esfuerzo, falta de concentración, pérdida de memoria,
alzheimer, parkinson, esclerosis múltiple, depresión, migrañas, caída del cabello, alteraciones
de la visión, piernas pesadas, varices, hemorroides, hernia de hiato, úlcera gástrica, acidez,
anemia, cansancio, osteoporosis, intoxicación celular y cáncer.
Y que por tanto muchas veces carece de sentido tratar esos síntomas aisladamente.
¿Qué causas pueden afectar al hígado y generar insuficiencia hepática crónica, casi siempre
sin síntomas hepáticos pero que produce frecuentemente su inflamación? El consumo
excesivo de grasas, alcohol, tabaco, las medicaciones agresivas, la ingesta de tóxicos, comidas
altas en grasas... Y en cuanto a la alimentación se refiere determinados parásitos que al
formar colonias en intestino e hígado ensucian el órgano afectado. Sin olvidar los nervios, el
estrés, los disgustos y todas las emociones que propician un estado de irritabilidad o ira ya
que trastornan el sistema hepático. Recordemos que la ira es consustancial al hígado según
la Medicina Tradicional China; basta en ese sentido recordar la violencia que se genera en los
alcohólicos y en los enfermos hepáticos crónicos. Agregaremos que también pueden afectarle
negativamente los esfuerzos musculares desacostumbrados o excesivos pues el hígado rige la
musculatura y los tendones y es un reservorio de glucógeno, alimento de estas estructuras. (La
silimarina aumenta los niveles de Glutatión en el hígado).
El Sindrome Hepático y Sus Concomitancias
La sangre pasa por medio del hígado con un promedio de 1.4 litros por minuto; en cualquier
instante, el hígado contiene alrededor del 10 por ciento de toda la sangre en el cuerpo.
También transporta la sangre de el páncreas y bazo. Las células de hígado ayudan la sangre
para asimilar sustancias alimenticias y para excretar toxinas y materiales de deshecho, así
como también productos tales como asteroides, estrógenos, y otras hormonas. El hígado es un
órgano más versátil. Almacena glucógeno, hierro, cobre, vitamina A, muchas del complejo de
vitamina B, y vitamina D.
En el caso de inflamación hepática hecho muy frecuente y crónico genera una reducción del
flujo ascendente de sangre venosa. Y ello crea un desequilibrio entre la cantidad de sangre
existente en las zonas superior e inferior del cuerpo. Es decir, la sangre se acumula en la parte
inferior habiendo menos en la mitad superior. Déficit de sangre que puede ser la causa de muy
diversas patologías que los médicos convencionales no relacionan con ese hecho. Es el caso de
numerosos casos de:
Una de las principales funciones del hígado es mantener el equilibrio de la concentración
de glucosa en sangre. Este proceso mediado por la propia concentración de glucosa y por
hormonas (glutation, epinefrina e insulina), consiste en almacenar la glucosa excedente o bien
liberarla. Por lo tanto un higado inflamado e intoxicado no puede realizar estas funciones por
lo que se empiezan a desarrollar enfermedades crónicas.
Taquicardias e Hipotensión
La reducción del caudal sanguíneo en la parte superior del cuerpo puede producir a nivel
cardíaco taquicardias ya que toda bomba se acelera cuando no dispone de suficiente fluido
para bombear. Y si el corazón maneja menos sangre por las arterias fluirá también menos
cantidad dando lugar a hipotensión
Cuadros disneicos o asmáticos
Cuando llega menos sangre a los pulmones se pueden producir cuadros de insuficiencias
respiratorias y asmáticas. Por tanto un insuficiente suministro de oxígeno al organismo causa
síntomas que con frecuencia se confunden con una patología pulmonar.
Vértigos y mareos
Es obvio que si llega menor cantidad de sangre al cerebro puede producir vértigos, mareos
e inestabilidad que en estos casos suele achacarse a la hipotensión sin considerar que ésta
puede estar provocada por la inflamación hepática. De hecho, un mareo que conduce a una
lipotimia (desmayo) no es más que un mecanismo de defensa del organismo que se da cuenta
de que necesita estar en posición horizontal a fin de que la sangre pueda llegar de nuevo
fácilmente al cerebro.
Pérdida de memoria y confusión mental
Un deficiente riego sanguíneo puede ser también causa de pérdida de memoria, confusión
mental, disminución del rendimiento mental, posible caída de cabello y disminución temporal
de la agudeza visual. Síntomas que en principio remiten al normalizarse el riego sanguíneo por
regularización hepática.
Esta importante alteración, tomada como una afección cerebral de tipo psíquico y tratada
normalmente a través del sistema nervioso, se pone de manifiesto en cuanto el cerebro deja
de recibir la sangre que necesita. La hipovolemia cerebral produce una sensación de angustia,
ansiedad, deseos de estar acostado (posición en la que el cerebro recibe más fácilmente el
fluido sanguíneo), mareos, miedos y, en última instancia, desesperación. Pues bien, todo ello
mejora notablemente al recuperarse el riego cerebral por normalización del flujo sanguíneo
hepático ascendente.
Migrañas y cefaleas
El cuadro anterior está íntimamente relacionado con las migrañas y algunas cefaleas. Sólo
que éstas se producen cuando el paciente mejora, su hígado se desinflama y la sangre sube
rápidamente hacia la parte superior con mayor caudal produciendo el síndrome migrañoso,
dolor pulsante en sienes y deseo de estar relajado en oscuridad y silencio. Obviamente, en
cuanto el hígado se vuelve a inflamar remiten los síntomas de la migraña. La solución consiste
pues en normalizar el hígado para que esos cambios de intensidad en el flujo sanguíneo
ascendente no se produzcan.
Alzheimer, parkinson, esclerosis múltiple, epilepsia y ataxia cerebelosa
Hace ya 30 años se planteó que en muchos casos -no en todos, por supuesto- enfermedades
neurodegenerativas como el alzheimer, el parkinson, la esclerosis múltiple, la epilepsia y la ataxia cerebelosa pueden deberse a una deficiente irrigación del cerebro. Y que puede
ser así parece demostrarlo que cuando esa falta de sangre -y, por tanto, de oxígeno- se
debe a una comprensión patológica del opérculo torácico que impide que la sangre circule
adecuadamente por la arteria vertebral ,esa falta de riego sanguíneo cerebral puede deberse
igualmente al problema hepático.
Varices y hemorroides
¿Qué sucede, por otra parte, cuando la sangre se encuentra en mucha mayor cantidad en
la mitad inferior del cuerpo, en el sistema venoso, siendo incapaz de subir al tórax por estar
parcialmente retenida debido a la inflamación del sistema hepático? Pues que las venas se
dilatan, se distienden y se producen varices y hemorroides. De hecho muchas personas con
inflamación hepática tienen las piernas pesadas y lo achacan a que están mucho rato de pie
cada día cuando la causa real es bien diferente.
Úlceras gástricas, anemia y amenorrea
Las venas gastroepiploicas procedentes del estómago que desembocan en el sistema hepático
antes de la filtración pueden dilatarse cuando la sangre queda retenida en ellas produciendo
varices esofágicas o duodenales (o ambas). Y si el volumen de esa sangre aumenta mucho se
pueden además distender dando lugar a microhemorragias gástricas o úlceras.
Una situación que si se cronifica hace que la sangre tiña de marrón oscuro las heces. Lo que
hay que tener en cuenta porque en las analíticas de heces la presencia de sangre es habitual
y se achaca con demasiada frecuencia a la sangre contenida en la carne (aunque hoy día se
empieza a experimentar con preparados capaces de distinguir en las heces la sangre humana
de la animal.
Pues bien, cuando las pérdidas sanguíneas vía gástrica persisten en el tiempo puede aparecer
una anemia que se acompaña de gran cansancio junto a todos los síntomas ya expuestos
debidos a la falta de sangre en la parte superior del cuerpo (depresión, taquicardias, disnea de
esfuerzo, etc.). Paralelamente, cuando no tenemos suficiente sangre por causa de la anemia la
menstruación se hace tardía, escasa, y puede llegar a desaparecer (amenorrea); sin embargo,
se normaliza cuando se recupera el volumen sanguíneo correcto.
Otro preocupante desequilibrio orgánico es la obesidad, padecida por un elevado grupo de
población. La causa atribuida generalmente es el exceso en la ingesta de alimentos por lo que
se suele recomendar el seguimiento de severos regímenes. El síndrome de abstinencia de la
alimentación es muy difícil de superar por la mayoría de las personas.
Pues bien, las microhemorragias gástricas presentes en la úlcera de estómago conducen a una
pseudoanemia crónica normalmente indetectable en las analíticas porque nuestro organismo
es capaz de reproducir la sangre perdida en pequeñas cantidades. Nos encontramos en tales
casos con un cuadro anémico que se autorregenera sólo que la pérdida de ese fluido vital
produce siempre un estado de ansiedad ya que la pérdida de sangre es interpretada por el
cuerpo como un camino hacia la muerte por desangrado. Por eso siempre va acompañada de
un incremento del apetito para obtener los principales elementos para la fabricación de
sangre. Y esos están en el chocolate, los dulces, las frutas y verduras rojas, las carnes rojas, etc.
Como hemos explicado, la afectación hepática puede terminar produciendo anemia a causa de
las microhemorragias gástricas con lo que el organismo intenta por todos los medios
compensar la pérdida comiendo más para fabricar sangre extra. Ahora bien, la sangre se
fabrica en la médula ósea -preferentemente la de los huesos planos, por ejemplo la cresta
ilíaca- y para obtenerla ésta precisa, entre otros elementos, calcio. Y cuando este mineral no
está suficientemente presente en la dieta el organismo no tiene más remedio que recurrir a
los huesos para obtenerlo pudiendo dar lugar a osteoporosis en edades tempranas.
Esta patología, que como su nombre indica es un "algia de las fibras musculares", pertenece al
amplio campo de influencia hepático pues el responsable del tono, vigor y resistencia de la
musculatura es el hígado. Y de hecho, muchos de los pacientes que se han tratado mediante
desintoxicación de hígado y riñón -y, por tanto, de la mayor parte del organismo- han logrado
mejoras substanciales en un porcentaje elevado de casos. Algo esperanzador teniendo en
cuenta que la Fibromialgia es una enfermedad de diagnóstico difícil y un tanto subjetivo.
Cáncer
Efectos sorprendentemente beneficiosos que sobre los tumores tiene recuperar la calidad
sanguínea y, por tanto, celular merced a la correcta filtración y eliminación de toxinas y
elementos tumorales por parte de un hígado y riñones sanos.
Hepatitis Crónicas
Al tratar un cuadro hepático hay que considerar siempre la presencia de antiguas hepatitis de
los tipos hoy conocidos A, B, C y D (la E es prácticamente desconocida), éstas dos últimas, por
cierto, habituales en casi todos los estados cancerosos. Porque determinadas enfermedades
infecciosas -entre ellas las hepatitis, aún aparentemente curadas- dejan huella. Es decir,
se puede determinar su presencia durante toda la vida del paciente lo que significa que,
aún erradicada del organismo, una parte -incluso negativizada en teoría- queda presente
y detectable y, por tanto, activa en algún nivel. Presencia que puede producir patologías
secundarias y aparentemente sin relación con la enfermedad original pero que deben ser
tenidas en cuenta siempre que la patología actual nos haga pensar en una relación hepática
aunque ésta parezca lejana.
En definitiva, una inflamación hepática crónica bien por depósitos procedentes del filtrado
fisiológico que realiza el hígado en la sangre, bien por causa de una parasitosis (virus,
bacterias, etc.), bien por intoxicación puede producir, de forma parcial o total, todas estas
dolencias:
2º) Hipotensión y mareos.
3º) Disnea de esfuerzo y taquicardias.
4º) Falta de concentración y pérdida de memoria.
5º) Depresión, ansiedad, cefaleas, migrañas, caída del cabello y alteraciones de la visión.
6º) Alzheimer, parkinson, esclerosis múltiple, diabetes, epilepsia y ataxia cerebelosa.
7º) Piernas pesadas, varices y hemorroides.
8º) Hernias de hiato, úlceras gástricas y acidez.
9º) Anemia y cansancio.
10º) Obesidad, osteoporosis y fibromialgia.
11°) Cáncer e intoxicación celular.
En suma, todos los cuadros patológicos mencionados parecen no tener relación pero lo
cierto es que en muchos casos la causa es común: una insuficiencia hepática. Y resolviendo
ese problema con el tratamiento de silimarina cada caso se resolverá. Por lo que se sugiere
hacerse una desintoxicación hepática y renal a fondo. Lo mejor es siempre prevenir.
CHARDON DE MARIE contiene Silimarina estandarizada al 80%, como pudiste leer hay
estudios que confirman que la silimarina actúa directamente en el Hígado generando muchos
beneficios como auxiliar como tratamientos para:
• Cirrosis, Hígado Graso, Hepatitis, etc...
• Diabetes Tipo I y II
• Protege las células de los riñones en caso de insuficiencia renal.
• Potente Antioxidante (10 veces más poderoso que la Vit. E).
• Mayor rendimiento físico (Desarrollo Muscular).
• Reduce los niveles de colesterol malo.
• Reduce los Triglicéridos.
• Impide el daño hepático y renal provocado por ciertos medicamentos antivirales,
analgésicos, antibióticos, etc.
• Es el más potente hepatoprotector conocido con acción sobre cirrosis, hepatitis, hígado
graso.
• Interviene favorablemente en casos de litiasis (piedras en riñones y vesícula)
• Auxiliar en Tratamientos como ;
Fibromialgia, Cólicos, Várices, Asma, Indigestión, Cáncer de Pecho, Cáncer Ovárico, Cáncer de
Próstata, Dermatitis, NeuropatíasDiabéticas,CálculosBiliares,Intoxicación,Nauseas,Obesidad,
Problemas Digestivos, Quimioterapia, Falta de hambre, Ictericia, Osteoporosis.
• Es Antidepresivo.(Ansiedad, Nerviosismo, etc).
• Tiene aplicaciones en la prevención del cáncer.
• Padecimientos de la Piel provocados por el Hígado. (Psoriasis, Lupus, etc.)
• Impide la peroxidación lipídica (acción antioxidante en tejidos grasos).
• Induce la apoptosis en células cancerosas.
• Se usa para tratar complicaciones en pacientes de SIDA.
• Reduce los efectos de la resaca.
• Útil en dolores de cabeza.
CARDO MARIANO SEGUN LA MEDICINA CHINA:
-Elimina el calor en la capa de la sangre.
-Purifica la sangre.
-Purificador de la sangre del hígado (eliminar la humedad en el higado y vescula biliar-ictericia-
litiasis-colecistitis, hepatitis, etc).
-vacios de sangre de higado
_En todos los problemas del reino mutante de la madera H-VB